Modernismo y romanticismo
A partir de la recuperación económica en Penedès, a finales del siglo XIX y principios del XX, tras el descalabro que supuso la plaga de la filoxera, llega una época de bonanza. Los propietarios agrícolas, comerciantes y burgueses adinerados empezaron a encargar construcciones que seguían las tendencias arquitectónicas propias del movimiento cultural que se desarrolla en Cataluña: el modernismo.
Arquitectos de gran relevancia como Puig i Cadafalch, Antoni Pons o Santiago Güell, entre otros, fueron los encargados de edificar algunas de estas grandes obras arquitectónicas con el fin de modernizar, renovar los usos de los espacios y materiales y dar un nuevo impulso a la cultura catalana. El modernismo se puede encontrar también en tierras del Penedès en viviendas, obras religiosas y edificios funcionales, como por ejemplo, en bodegas.
Vilafranca del Penedès, Sant Sadurní d'Anoia y Gelida tienen itinerarios entre las diferentes casas de estilo modernista, que se pueden realizar dentro de una visita guiada y también por su cuenta.
También se pueden visitar grandes obras como el Museo del Cau Ferrat de Sitges, templo del modernismo fundado por Santiago Rusiñol, o el Conjunto Monumental de Sa Roca, con la restauración de Puig y Cadafalch en la iglesia románica de Santa Maria del castillo.
Si queréis ver la huella de este movimiento dentro de la Ruta del Vino del Penedès, podeis acercaros a la excepcional obra arquitectónica de Puig i Cadafalch en Codorníu. El edificio que construyó simboliza la fructífera alianza entre la naturaleza y la labor humana, y es un homenaje de piedra al silencio del cava.
También podéis contemplar las diversas manifestaciones de este movimiento presentes en la bodega Ludens, donde se encuentra la Masía Grabuach, que data de 1747 y que en 1920 fue remodelada por el prestigioso arquitecto Josep Puig i Cadafalch en el estilo modernista. Alojarse en Bolet Casa Modernista es un lujo tanto por su paisaje, entorno vinícola y por las estancias cuidadas y restauradas con cuidado. En Freixenet , Mascaró y Oriol Rossell, hay testigos directos que invitan a adentrarte en el modernismo catalán más vitivinícola.
El romanticismo, movimiento contemporáneo al modernismo, está estrechamente ligado al fenómeno de los indianos, también llamados americanos. Estos tempranos emprendedores, enriquecidos por el comercio con las Américas, regresaron para reformar sus viviendas de acuerdo a su posición económica, dejando una importante huella principalmente en la comarca del Garraf, donde se encuentran la mayoría de palacios del romanticismo. Mansiones espléndidas con opulentos salones de baile, tapices, bibliotecas, salas de música y jardines de estilo neoclásico y afrancesados son auténticos símbolos del poder económico y social de los propietarios.
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