Elisabeth y su familia ponen todo el corazón y el sentimiento para criar los gallos como se hacía antes, incluso incorporan granito de uva a la dieta de estas aves tan preciadas. Conjuntamente con otros criadores de gallo, trabajan para perpetuar la raza Penedès. La suya es una granja pequeña y familiar y la llevan con mucho cuidado, con gran cariño y pasión.

La cocina de su casa esconde una receta singular. Con calma, quietud, paciencia y reposo, cocinan el Gallo del Penedès asado con ciruelas y piñones. Los más pequeños, Oriol y Mariona, ayudan siempre. A ellos también les gusta esta carne tan sabrosa de paladar suave y único.

Jordi, compañero de Elisabet, normalmente tiene que avisar a Oriol para que no se llene de pan, que después no va a comer. Una vez Jordi sirve, como si de magia se tratara, el silencio se apodera de la mesa. ¡Ahora es el momento de saborear esta magnífica comida acompañada de un xarelo de primera!