Castell de la Pobla de Claramunt

El castillo de Claramunt se levanta sobre un monte, desde el que domina el punto donde el desfiladero del río Anoia se abre a la cuenca de Òdena. Fundado en la segunda mitad del siglo X, formaba parte del condado de Barcelona y se integraba en la densa red de castillos que marcaban la frontera entre los condados catalanes y al-Ándalus, con la función de proteger y organizar el territorio.

A pesar de haber sido destruida y reconstruida varias veces, la fortaleza conserva la estructura original: un recinto elevado o superior, que acoge la parte residencial con una torre en cada uno de los cuatro ángulos (entre ellas la del homenaje) y la sala gótica; y un recinto inferior en el que se reunían los servicios necesarios para el funcionamiento del castillo (como la cisterna), que hoy presenta el aspecto de un gran patio rodeado de murallas con siete torres flanqueantes. Dentro del recinto inferior, justo delante de la entrada, destaca la iglesia románica de Santa María (s. XI), a la que posteriormente se le añadió la capilla de Santa Margarita.

El castillo fue encomendado al linaje de los Claramunt, que ostentaron su dominio hasta el siglo XIII. Posteriormente, fue absorbido por la casa de los Cardona y se convirtió en el centro administrativo de sus posesiones en la cuenca de Òdena. Claramunt, junto con los castillos próximos, permaneció bajo la jurisdicción de los Cardona (emparentados con los Medinaceli) hasta la extinción de los señoríos.

A lo largo de los siglos, el castillo ha sido testigo de múltiples guerras. El año 1463, durante la guerra entre Juan II y la Diputación del General, quedó dañado por primera vez. Al finalizar la guerra, Juan Ramón Folch III de Cardona ordenó su reconstrucción, que perduró hasta el siglo XVI. El año 1714, a raíz de la Guerra de Sucesión, el castillo fue derribado parcialmente y nunca más se volvió a habitar. No obstante, el castillo de Claramunt ha conservado hasta hoy su estructura e impresionante aspecto de fortaleza.