Una tierra en proceso de organización y poco poblada

En el siglo X, entre contados catalanes y el emirato de Córdoba, se situaba una amplia franja de frontera, una tierra en proceso de organización y poco poblada.

Los Castillos de Frontera del Penedès, como el de Subirats, Olèrdola y Gelida se construían en las partes más altas de esta tierra. ¿Y qué tenían en común estos castillos y algunas torres edificadas en la región de Penedès? Eran la frontera entre los sarracenos y los católicos.

Cuando los sarracenos hacían sus incursiones por mar y tierra con la intención de atacar y asaltar los pueblos, estas fortificaciones del siglo X servían para hacerles frente.

Los castillos se conectaban entre ellos a través de una antorcha

Los Castillos de Frontera de Penedès se conectaban entre ellos a través de una antorcha que encendían en la torre más alta. De esta manera, cuando existía peligro, se iban pasando la información de un castillo a otro, para avisar al castellano, que vivía en el interior, para que preparara sus tropas para ayudar a repeler la incursión de los sarracenos.

Las batallas cuerpo a cuerpo y el sonido de las espadas ya no se oyen en lo alto de montañas

Las batallas cuerpo a cuerpo, el sonido de las espadas, los gritos de los caballeros ya no se oyen en lo alto de montañas y colinas del Penedès, pero los castillos que aún pueden visitarse son testigo de algunos capítulos de la historia que ocurrió en nuestra tierra.